Fases del marco logico
Fase
1 del EML: Análisis de la participación.
Se
trata de identificar y de hacer un diagnóstico de los diferentes agentes
sociales que de una u otra forma están presentes en la realidad sobre la que se
va a intervenir.
Los
intereses de los distintos grupos y organizaciones sociales, de las autoridades
y de otros actores no son coincidentes, por lo que es sumamente importante
identificar sus expectativas tanto en la fase de planificación, como en la de
ejecución y en la de cierre del proyecto.
Es
fundamental que los objetivos de cualquier proyecto sean un reflejo de las
necesidades de la sociedad y de los grupos de interés y no de las necesidades
internas de las entidades.
Se
trata pues, de identificar a todas las personas, grupos e instituciones
afectadas por el problema, agruparlas según sus intereses y establecer
prioridades de forma tal que se esté en condiciones de hacer un hacer un
estudio más detallado de una selección de estos grupos.
Este
análisis se puede hacer en términos de problemas, de intereses, de sus
fortalezas o debilidades o de las relaciones existentes y debe llevar a
identificar a aquellos grupos que más necesitan de la ayuda externa.
También
es necesario prever qué posibles conflictos pueden ocurrir al apoyar a ciertos
grupos y qué medidas pueden tomarse para evitar estos conflictos.
Fase
2 del EML: Análisis de los problemas.
Con
este análisis se trata de identificar los problemas reales que afectan al
colectivo beneficiario con el que se quiere trabajar y no los problemas
posibles, potenciales o futuros. Conviene señalar que un problema no es la
ausencia de una solución, sino un estado negativo existente. Por ejemplo, la
falta de un centro de salud no es un problema, el problema es la fuerte
incidencia de enfermedades en una determinada población.
Al
hacer el análisis conviene diferenciar entre las causas del problema, el problema
mismo y sus efectos o consecuencias. La utilización del llamado ‘árbol de
problemas’ puede servir para ordenar las ideas. Mediante el mismo se pretende
localizar el problema central o focal que se quiere solucionar con el proyecto.
El
árbol de problemas presenta el siguiente aspecto, pudiéndose observar tres
niveles diferenciados: causas que originan el problema, el problema mismo y sus
efectos o consecuencias.
Fase
3 del EML: Análisis de los objetivos.
Una
vez identificados los principales problemas del grupo beneficiario se deben
plantear posibles soluciones. Para ello, partiendo del árbol de problemas, se
han de identificar aquellos logros a alcanzar para resolver el problema
principal. La solución del mismo tendrá efectos positivos en las personas e
instituciones afectadas.
Haciendo
uso de la misma herramienta que estamos utilizando, se construiría
el árbol de objetivos.
Fase
4 del EML: Análisis de las alternativas.
Una
vez identificadas las posibles soluciones al problema y fijado el objetivo que
se pretende conseguir, se ha de proceder a hacer un análisis de alternativas.
Este análisis consiste en plantearse cuál o cuáles de las soluciones pueden ser
acometidas por el proyecto que se pretende poner en marcha.
Se
trata por tanto, siendo muy consciente de la capacidad de la organización que
va a desarrollar el proyecto, de los medios de que dispone, de los recursos que
razonablemente puede manejar y del entorno que rodea al proyecto, de eliminar
los objetivos que no se pueden lograr.
En
todo proyecto se han de reflejar las alternativas posibles y justificar la
elección de una de ellas.
Cada
una de las opciones se ha de examinar desde la perspectiva de su viabilidad
entendida como posibilidad de llevar a cabo la alternativa seleccionada.
El
análisis se puede complicar aún más en base a los criterios que se utilicen
para comparar las alternativas. La realización de una matriz en la
que se recojan las distintas opciones y los criterios elegidos, puede facilitar
dicho análisis.
Fase
5 del EML: Identificación de los principales elementos del proyecto a través de
la Matriz de Planificación.
En
la Matriz de Planificación se sintetizan los elementos básicos de un proyecto.
Para su diseño se utiliza la información obtenida en la identificación,
buscándose la coherencia a varios niveles:
·
Coherencia
externa: de la matriz respecto a problemática identificada.
·
Coherencia
interna: de los diferentes componentes que integran la matriz, de forma tal que
exista una relación causal y lógica entre cada uno de ellos.
Los
elementos fundamentales que integran la matriz son: objetivo global, objetivo
específico, resultados, insumos, indicadores, fuentes de verificación y
supuestos o hipótesis.
Antes
de entrar en la explicación de cada uno de ellos vamos a recordar que un
proyecto se diseña para provocar ciertos cambios específicos en un determinado
período de tiempo, a través del uso de ciertos recursos.
Los
medios son los diferentes recursos que se aplican para conseguir los resultados
que se pretende lograr.
Los
resultados son los productos que el proyecto va a entregar en el tiempo
establecido, contribuyendo a alcanzar el objetivo específico.
El
objetivo específico es la expresión del efecto que se espera el proyecto logre
en un tiempo razonable.
A
largo plazo se espera que el proyecto, junto con otros proyectos, contribuya a
alcanzar el objetivo general.
Por
consiguiente, en todo proyecto se da una cadena causa-efecto a diferentes
niveles de forma tal que si se emplean adecuadamente los medios se alcanzarán
los resultados necesarios para lograr el objetivo específico previsto. Si se
logra en este y otros proyectos, con el tiempo se habrá conseguido el objetivo
general, logrando ese cambio que se pretendía conseguir.
Es
importante identificar claramente los distintos niveles en la jerarquía de un
proyecto. Así, los medios y resultados deben ser garantizados por la
administración del proyecto de forma tal que existe el compromiso y la
obligación de alcanzarlos. Si no se logra se deben exigir responsabilidades a
los gestores.
Sin
embargo, en los casos del objetivo específico y el global, su logro no depende
solamente de la gestión del proyecto; pueden darse otros acontecimientos que
estén más allá del control del mismo. Para alcanzarlos no basta tan sólo con
una gestión adecuada. En el caso del objetivo general su consecución se
comprobará en el largo plazo y será fruto de la actuación conjunta o sucesiva
de diversos proyectos.
En
la Matriz de Planificación se resume el proyecto reflejando sus elementos
fundamentales. Su utilidad es doble:
·
La
Fase de Presentación y Valoración permite entender el planteamiento del
proyecto. Es fruto de la identificación realizada y debe ser coherente con la
problemática que se pretende abordar.
·
La
Fase de Ejecución es una guía que permite conseguir lo que se va alcanzando con
lo previsto inicialmente. Las metas se reflejan mediante indicadores
objetivamente verificables y cuantificados.
La Matriz
de Planificación está integrada por los siguientes elementos:
·
Objetivo
general: objetivo último y
principal al que el proyecto pretende contribuir a largo plazo.
·
Objetivo
específico: efecto que el
proyecto pretende conseguir en un plazo de tiempo razonable. Refleja el logro
de una nueva situación en la que el problema central del grupo beneficiario ha
sido solucionado. Debe ser único y formularse en términos realmente
alcanzables.
·
Resultados: productos que el proyecto puede
garantizar como consecuencia de sus actividades. Es lo que se quiere alcanzar
con el proyecto una vez realizadas las actividades programadas.
·
Actividades: son las acciones que se han de
realizar de forma simultánea o secuencial, utilizando los medios necesarios,
con el fin de conseguir los resultados en el tiempo previsto.
·
Medios: recursos humanos, técnicos y
materiales necesario para llevar a cabo las actividades previstas.
·
Indicadores: son la expresión cuantitativa y
cualitativa de lo que se ha de conseguir dependiendo del nivel en el que se
formulen. Es, por tanto, la medida del logro del objetivo o del resultado
siendo vital para dilucidar el éxito o el fracaso del proyecto. Han de ser
concretos y medibles, siendo importante que se busquen varios indicadores para
medir el logro de un mismo resultado u objetivo. Dicha combinación aumentará la
fiabilidad del cambio conseguido. Los indicadores son básicos para el
seguimiento y posterior evaluación del proyecto.
·
Fuentes
de verificación:
indican el medio a través del cual se obtendrá la información necesaria para
verificar los indicadores. Todo indicador debe llevar asociada al menos una
fuente de verificación. La información debe ser fácil de conseguir y con un
coste (en tiempo y dinero) adecuado.
·
Supuestos (hipótesis o riesgos): son
aquellos acontecimientos, condiciones y decisiones que están más allá del
control de la gestión del proyecto y de su esfera de responsabilidad.
Fase
6 del EML: Identificación de los Factores Externos.
Por
factores externos se entienden los condicionales que pueden existir y que
pueden influir de forma más o menos intensa en el mismo escapándose al control
directo de la intervención. Se trata de factores sobre los que no se puede
influir porque actuar sobre ellos supondría un coste excesivo, son consecuencia
de un problema político o dependen de fenómenos naturales.
Deben
se identificados al detectar la problemática y pueden influir sobre el objetivo
específico, las actividades y los medios.
Es
necesario valorar qué relación mantienen con cada uno de los componentes del
proyecto, qué probabilidad hay de que ocurra y qué efecto pueden producir.
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